Molino, cereal, agua y gofio
En otras tierras menos propicias por su sequedad – zonas medias altas –, tierras de pan, se cultivó el cereal. Actividad agrícola de subsistencia que dibujo el paisaje con bancales y terrazas, eras o espacios de trilla y graneros. El motivo del auge de este cultivo en el S.XVI fue sobre todo para abastecer las necesidades de la nueva población.
Una vez desviado el caudal del agua del Río de Adeje, este era empleado para abastecer a la propia población, riego de los cañaverales, como fuerza motriz del ingenio y de los molinos de agua utilizados para la fabricación del gofio.
En Adeje existieron cuatro molinos hidráulicos: dos en la calle de los Molinos, uno en La Concepción y otro en la Hoya Grande.
El Molino de Arriba – vertical o de aceña, por la disposición de la rueda del molino respecto al suelo– está situado en la zona conocida como Agua Pie. Tiene la particularidad de que es un raro ejemplo en Canarias, donde no encontramos este tipo de molinos. Fue construido por los señores de la Casa Fuerte que lo cedían en arrendamiento, hasta el año 1897 que fue vendido a Francisco Trujillo Clemente, cuyos descendientes son los actuales propietarios. Estuvo en funcionamiento hasta los años 50, siendo la última molinera Dña. Berta Trujillo Trujillo.
Normas de la Casa, según el Directorio de la Casa Fuerte, respecto al molino:
“…Con los molinos se ha de tener mucho cuidado y cuenta no muela nada el molinero, sin llevar cedula para saber lo que a molido y todas las semanas se ajustara la cuenta el sábado con el molinero y se cobrara lo que hubiere hecho de maquilas…”
