Las techumbres de la iglesia matriz de Santa Úrsula en Adeje, son un claro ejemplo del arte mudéjar en Canarias.
Los techos y artesonados fueron la principal aportación árabe a la arquitectura mudéjar. Este tipo de cubierta comienza a usarse en el periodo almohade, y a través de los mudéjares van a llegar hasta el siglo XVIII. En la Península se siguieron dos corrientes diferentes. Mientras que en el sur se usaron cuniertas de forma trapezoidal en su interior y decoradas con lacerías, en el norte, emplean techos planos. El avance de estas dos corrientes, hace que terminen encontrándose y que aparezcan cosntrucciones con los tipos de cubiertas. La estructura de ambos techos es diferente. El de forma trapezoidal está formado por los pares y nudillos. En el último nudillo se apoya el testero inclinado, que es lo estribado, que puede ir reforzado por tirantes. Las techumbfres planas están formadas por un emparrillado de vigas y largueros y sobre estos se extiende el tablazón. Estos dos tipos de cubiertas se dan en la iglesia de Adeje.
La iglesia consta de dos naves. Al exterior las cubiertas son, en la parte de las naves de la iglesia a dos aguas y en las zonas más nobles del edificio a cuatro aguas.
CAPILLA DEL ROSARIO
Su armadura es de par y nudillo, cuadrangular. La unión entre faldones la realiza una lima mohamar. La calle de limas está decorada por unos lazos muy simples que forman ángulos. Pequeños tirantes de ángulos aparecen calados por los temas de lacería, estrellas de ocho puntas y cuadrados
Los faldones están pintados con diversos temas florales bastante estilizados. Una decoración vegetal, también estilizada, recorre el estribado. Los colores que se emplean son el azul, rojo y blanco
CAPILLA MAYOR
La armadura es de par y nudillo, ochavada. Presenta decoración de lacería, concentrada en el almizate y en las pechinas de madera de las esquinas. Los lazos son “dobles”. Ruedas de ocho ocupan el centro de lados y los vértices de una red de cuadrados.
Tableros de madera, enlazan con las lacerías, constituyendo una armadura ataujerada, lo que se adviertte mejor en las pechinas de madera. El techo está policromado, usándose para ello pocos coloeres, el azul, rojo y blanco. Esta reducción en el colorido es una característica de los artesonados más modernos, pues en los techos antiguos, los colores son variados y brillantes. Para dar los colores se sigue el procedimiento del temple.
Los faldones se pintan con una decoración floral muy naturalista. Aparece el faldón dividido en ocho fajas horizontales, que desde el almizate, van alternando una estrecha y otra ancha, para acabar con el estribado en dos estrechas. El tema de las fajas primera, tercera, quinta y séptima es el mismo, mientras que en el resto varía. Caben destacar el uso de los tulipanes.
Este artesonado es igual al que se encuentra en la Iglesia del Convento, la única diferencia es la carencia de policromía en el aretesonado conventual.
Fotografias de Sebastián Hernández Gómez y Jose Miguel Chinea Oliva
Textos sacados del libro de María Isabel Frías García, visión histórica-artística de la Villa, 1989, Ayto. de Adeje.