Las cosas con cariño y dedicación llevan su tiempo. El elogio de la Navidad tiene esas cosas que reconfortan, como la de elaborar un árbol que hoy puja a la sombra del campanario de la iglesia de San José de Los Olivos.
Mari Hernández y Rosi Santana, monitoras del proyecto “Hilando Adeje”, son las artífices de tal obra. Cuando nos pusimos a diseñar las dimensiones del árbol ya éramos conscientes de la ingente cantidad de horas que llevaría vestir el armazón que sostiene los centenares de retales de colores que visten el árbol, nos comentan. Estamos también muy agradecidas por la colaboración de los vecinos de Los Olivos y de otros barrios. Más de medio centenar de vecinos de los diferentes barrios han participado en los talleres del proyecto.
Animamos desde aquí a todos aquellos que deseen participar en los futuros proyectos que celebraremos en primavera y verano otros nuevos retos. Estamos muy satisfechas, pero sobre todo las verdaderas protagonistas de todo esto son las comunidades vecinales que se encuentran en torno a la idea de poner colores y formas a los troncos de los árboles, los postes de teléfono, las papelera para hacer que ciertos rincones olvidados recuperen el brillo que puede hilar unas manos. La convivencia entendida para tales propósitos tiene que ver con el sentido de pertenencia a un determinado espacio, de responsabilidad y de deseo de que ese espacio por el que y transitas es merecedor de recibir una cosa tuya que lo haga más bello, más humano.
Durante la semana se han ido instalando los trabajos realizados en las plazas de Armeñime y Fañabé, en la zona de acceso al barrio de La Hoya, en las intersecciones de la calle La Unión y La Presa en Tijoco Bajo y en la Plaza de Los Olivos, junto a la iglesia.
Ermitas Moreira, responsable del proyecto, reconoce que participar ha sido la mejor experiencia. Anima a los vecinos a sumarse a un proyecto que lo que pretende es tejer para la buena convivencia y al mismo tiempo embellecer sus barrios como ellos quieran.