Ciudadanos y ciudadanas de Adeje, ciudadanos y ciudadanas de este planeta diverso:
Hoy volvemos a reunirnos para celebrar nuestra humanidad, para hacer visible lo invisible, para dar un mensaje de pluralidad, y aplaudir las diferencias que hacen que cada persona sea única.
Celebramos que todos somos personas, que todas somos igual de válidas, que la normalidad no existe y que cada cual aporta lo que puede a este mundo, que no siempre se comporta con justicia.
¿Saben una cosa? No está bien que nos agrupen, porque todas las personas somos iguales, todas formamos parte del mismo conjunto, cada una con sus particularidades. Y si lo hacen, estaría mejor que, al menos, no nos consideraran como un grupo minoritario.
Estamos las personas que no podemos andar sin apoyos, las que no podemos oír, hablar, o ver, las que interpretamos el mundo de forma diferente a los demás (o sea, todas), las que hemos sido dañadas en la emoción (o sea, todas), las que necesitamos máquinas para tener mayor calidad de vida (o sea, todas), hombres, mujeres, niños, niñas… Personas mayores, con las huellas que van quedando en sus cuerpos a lo largo del tiempo (o sea, todos… Algún día, todos)
Familiares, personas cuidadoras, amigos y amigas que nos prestan su amor y su esfuerzo, instituciones que salvan sus prejuicios, empresas solidarias, maestros y maestras comprometidas… Todas las personas estamos unidas en la diversidad y formamos un mismo grupo. No está bien que nos agrupen, porque todas somos iguales.
No nos falta capacidad. No nos falta nada, no somos seres humanos incompletos, dañados, ni rotos. No queremos lástima, ni compasión, ni condescendencia.
No nos falta capacidad, sino oportunidades, comprensión y respeto.
Aún nos falta que muchos y muchas cambien su forma de pensar, que no nos tengan miedo, ni lástima. Falta que pueda ir a comprar tranquilamente por la acera, que los edificios donde entro estén adaptados, que pueda aparcar sin problema, que pueda relacionarme con mis amigos o con mi pareja, que pueda trabajar sin que juzguen mi valía, que pueda participar en la sociedad, que pueda acceder y aportar mi grano de arena a La Cultura, que la gente se pare a escucharme.
Faltan mil batallas que ganar en la Educación y en la Sanidad, y esto es algo que también pedimos. Lo pedimos porque podemos hacerlo. No lo estamos suplicando, por caridad. Lo pedimos como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho, a las que no falta ni una sola de nuestras capacidades.
Hay muchas cosas por mejorar. Pero celebremos, hoy, que ha llegado el momento de la convivencia, de construir un mundo que tenga las mismas reglas para todos.
Desde el Centro de Atención a la Diversidad Funcional, nuestra casa desde ya hace más de una década, queremos que este 3 de diciembre sea especial para todos y todas. Reivindiquemos, hoy y cada día, para que nadie olvide que todas las personas pertenecemos a la misma especie, y celebremos juntas que nuestra especie es rica y diversa.
