El pasado fin de semana en Caminando por la vida emprendimos una de las rutas más espectaculares de la isla, con un nivel alto de dificultad fue mucho más que una simple caminata. Comenzamos ascendiendo al Alto de Baracán, donde las vistas panorámicas nos regalaron un horizonte infinito, mientras nos llenábamos de energía para el resto del recorrido. A medida que avanzábamos por el majestuoso Monte de Las Siete, rodeados de naturaleza pura, el espíritu de convivencia empezó a florecer entre todos los participantes. Las conversaciones fluían, compartiendo historias y risas, creando un ambiente de camaradería.
Tras varias horas de caminata, alcanzamos Teno Alto, un lugar de tranquilidad absoluta, donde hicimos una breve pausa para disfrutar del paisaje. La participación de todos fue clave, desde los que marcaron el ritmo hasta aquellos que motivaban al grupo con palabras de aliento. Continuamos nuestro recorrido hasta llegar a la impresionante Punta de Teno, donde el océano nos invitó a darnos un merecido baño en sus aguas cristalinas. La sensación de frescura y renovación fue compartida por todos, convirtiendo ese momento en un recuerdo único.
Para finalizar esta jornada llena de esfuerzo y compañerismo, nos dirigimos al restaurante "La Cabaña". Allí, la participación grupal continuó, pero esta vez en torno a una mesa repleta de deliciosa comida local. Mientras compartíamos platos tradicionales, las anécdotas del día llenaron el ambiente, celebrando no solo el éxito de la ruta, sino también la convivencia y el apoyo mutuo que surgió entre todos.
Este fin de semana no fue solo una aventura física, sino una oportunidad para fortalecer lazos, conocernos mejor y disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión.
¿Te atreves a unirte a la próxima exploración extrema y ser parte de esta comunidad aventurera?