La tradición oral, memoria popular de nuestros mayores, sobre la festividad de San Sebastián en Adeje nos remonta a un hecho que aconteció en los primeros años de la década de los cincuenta:
Por aquellos años en la celebración de la fiesta de San Sebastián en medio de un día soleado, con gente, animales y camiones, de repente, como a mediodía, el cielo comenzó a nublarse y comenzó a llover intensamente. El barranco corrió, como pocas veces lo había hecho, cogiendo a muchos de los romeros desprevenidos. Una familia quedó atrapada en medio de un islote que se formó en el cauce del barranco, el nivel del agua había subido y no había manera de salvarlos. La Guardia Civil intentó tirarles una soga para que se agarraran a ella y así poder salir, pero fue imposible que la cuerda llegara hasta donde estaba la familia. El agua bajaba con tanta fuerza que las personas pedían a gritos que sacaran al santo para que intercediera y salvase a esa gente. De modo que llevaron el cuadro antiguo de San Sebastián, ya que Don Marcos el párroco no quería que sacaran la talla por temor a que se estropeara. Según relatan, al llegar la imagen del santo a la orilla del rio, el agua se calmó “milagrosamente” y con una cadena humana, hecha por los hombres que allí estaban, entre ellos Don Antonio, el ovejero, pudieron salvar a la familia que había quedado atrapada. Desde entonces se dice que: San Sebastián calma las aguas.
Investigado sobre este asunto. En las fuentes escritas no existe ningún documento, por lo que hemos tenido que recurrir a las fuentes orales, la tradición que ha pasado de generación en generación sobre este diluvio. Se ha entrevistado a varias personas mayores, que nos cuentan lo que ellos vivieron en primera persona como testigos de los hechos, y otras personas que no estuvieron ese año en San Sebastián pero que dicen lo que les contaron sobre ese suceso.
Tampoco hemos podido precisar el año exacto de esa riada, ya que cada persona a la que entrevistábamos nos decía una fecha distinta, que iba desde el año 50 hasta el 55, por lo que generalizamos y establecemos que fue en la primera mitad de la década de los cincuenta del siglo XX.
Agradecer a todas y cada una de las personas que nos han transmitido sus testimonios, que en este caso se convierten en relatos históricos de los hechos que acontecieron en esa fiesta de San Sebastián en los años cincuenta.
Quienes nos han contado su versión de los hechos, y sin los cuales no hubiéramos podido contar esta historia son: Ana María Afonso Quintero, Pilar Afonso Pláceres, Maria del Carmen Rodriguez Quintero, Maria Luisa Vargas, José Francisco García, Ofelia Díaz Rivero, Antonio Rodríguez Rodríguez, Manuel Jesús Ramos Hernández y Francisco Lima Trujillo. A todos ellos, gracias por sus relatos.