La ermita de San Antonio de Padua en el barrio del Pinalete en La Guancha es el lugar donde da comienzo nuestra ruta del agua. Tras dejar atrás las huertas de cultivo el sendero se adentra en un verde perpetuo de viejos castaños, fayal-brezal que nos recuerda que transitamos por los bosques húmedos de las laderas del Teide. El naturalista y geógrafo prusiano A. V. Humboldt, cuando visitó Tenerife en 1.799, denominó a este tipo de piso vegetal cargado de una constante bruma como Monte Verde, el lugar donde el agua siempre está presente.