La segunda quincena de mayo, el Barranco de Masca en Buenavista del Norte, fue la ruta elegida para emprender uno de los senderos con mayor dificutad de la Isla. Desde los aledaños del caserío que da nombre al barranco, el sendero desciende por una impresionante orografía presidida por verticales paredes que se acrecientan a medida que uno se aproxima a la costa. Los diez kilómetros de sendero transitan por una diversidad de microclimas con presencia de vegetales y especies endémicas en peligro de extinción. Cardones, tabaibas, palmeras, verodes, agaves o malvas de risco, de poco en poco algún almendro en flor.