La fiesta de la Cruz de Mayo tiene sus antecedentes en la celebración precristiana conocida como Festividad de los Mayos (o Palo de Mayo), en la que se conmemoraba el tiempo medio de la primavera rindiendo cultos a la naturaleza. En especial, se festejaba adornando un árbol o erigiendo un tronco o tótem al que se le ponían adornos o flores, mientras se hacían danzas rituales y se cantaban o hacían recitaciones. Con la llegada del cristianismo, esta fiesta fue adaptada a la nueva fe, reemplazándose el tótem por la cruz cristiana.

El 14 de abril de 1931 se proclama la II República Española, tras las elecciones municipales celebradas el 12 de abril, el gobierno provisional integrado por republicanos y socialistas se hace cargo de la situación, convocando cortes constituyentes para el 18 de junio de 1931.

Este acto se celebra todos los años, coincidiendo con el tercer domingo de la Pascua de Resurrección, cumpliendo así la promesa que los adejeros y adejeras hicieron hace más de 300 años a la patrona.

Ayer asistimos a la reunión de los miembros de la Red de Centros Históricos de Canarias, en la sede del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP), en la que se abordaron futuros proyectos así como la posibilidad de adherirnos a esa red.

Se está terminando un invierno cualquiera, de un año cualquiera, de mediados del siglo XVII, en la zona suroeste de la isla de Tenerife. Las temperaturas suben, las precipitaciones disminuyen y los campos, tierras y recursos naturales de estos pagos, necesitan que se continúe con el trabajo que garantice el sustento de sus señores y de su población.