Como en tantos otros ejemplos canarios, a San Sebastián se le rindió culto en la vieja ermita adejera del mar a través de su representación en un lienzo al óleo, según se hace constar en la visita cursada por el juez visitador del Obispado de Tenerife en 1835, quien ordenó que el cuadro fuese trasladado a parroquia de Adeje hasta que la ermita fuese restaurada por el «Exmo. Sr. Marqués de Bélgida y Mondéjar como Patrono de la expresada hermita»[1].
Primera entrega de las piezas, pertenecientes a una colección de arte propiedad del ayuntamiento, que se encuentran en proceso de restauración y conservación, según convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Adeje y el Exmo. Cabildo de Tenerife, línea de actuación 4.8.1 del Plan de Patrimonio Histórico, incluido en el Marco Estratégico de Desarrollo Insular (MEDI).
El culto a las Ánimas Benditas del Purgatorio fue una constante durante el periodo de la Contrarreforma católica. El Concilio de Trento celebrado en 1563 aprobó el culto y la devoción a las Ánimas del Purgatorio, alcanzando una gran difusión. En Canarias, todas las parroquias contaban con altares y cofradías dedicadas a estas. La gran mayoría de los retablos o cuadros de ánimas son de la segunda mitad del siglo XVIII, correspondiéndose a los postulados del tardobarroco canario.
Entre las dependencias que existieron en la Casa Fuerte, destacó el oratorio privado de la familia Ponte ubicado dentro del recinto. Según los planos existentes, se encontraba ubicado en la fachada sur del inmueble, contiguo a él había un torreón vigía.
Una tradición muy antigua que hemos recuperado hace unos años gracias al entusiasmo y la implicación de los diferentes colectivos vecinales y desde el Ayuntamiento colaboramos proporcionándoles la base de la cruz hecha de madera así como aportación floral para el enrame".