La devoción tanto al Sagrado Corazón de Jesús como al Corazón Inmaculado de María, ha existido desde el principio del cristianismo, fervor que tiene una raíz teológica, partiendo de los evangelios, pero la difusión de su culto parte de la visión que Santa Margarita María de la Alacoque tuvo de Jesús el 27 de diciembre de 1673. Jesús dijo a Santa Margarita: «He aquí el corazón que tanto ha amado a los hombres y en cambio, de la mayor parte de ellos no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio». Su extensión parte con La Compañía de Jesús, otras congregaciones religiosas y el apoyo del Papa Inocencio XIII, coincidiendo con las visiones de la Santa. El 8 de mayo de 1873 la devoción al Sagrado Corazón fue formalmente aprobada por el Papa Pío IX, y 26 años después, el 21 de julio de 1899, el Papa León XIII recomendó urgentemente que todos los obispos del mundo celebraran la fiesta en sus diócesis.[1]
El origen de la festividad del Corpus Christi está en la Edad Media, siendo el Papa Urbano IV quien instituyó la festividad en 1264. Una de las grandes solemnidades de la Iglesia Católica, para celebrar la presencia de Cristo en la eucaristía, instituida en la Última Cena del Jueves Santo y celebraba antiguamente el jueves siguiente al primer domingo después de Pentecostés, cuando se celebra la Santísima Trinidad, pero desde 1989 se pasó al infra domingo siguiente; festejándose sesenta días después del domingo de resurrección, con mucho arraigo en nuestro país: «Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión».
El barrio de Las Nieves, con una población actual de 1.293 habitantes, tuvo un origen agrícola, vinculado a la Finca de Los Olivos, que la compañía inglesa Fyffes tenía en Adeje. El 25 de agosto de 1967, el pleno del Ayuntamiento aprobaba la autorización para la construcción de un proyecto urbanístico de 32 viviendas agrícolas en la Finca de Los Olivos, promovido por Wilfred Moore LTD[1], dando origen al barrio de Las Nieves.
En palabras de José Miguel Rodríguez Fraga, en la presentación del libro Barranco del Infierno (1999) (1):
El 24 de mayo de 1931 el pueblo de Adeje celebraba con una gran fiesta la inauguración del alumbrado público y de la central eléctrica del pueblo, así lo publicaba la Gaceta de Tenerife: