Están considerados como la única joya en Canarias del arte de la tapicería francesa de finales del XVII, de la Real Manufactura de los Gobelinos de Paris.
Fueron donados por Doña Magdalena Luisa de Llerena y Viña, Marquesa de Adeje y Condesa de La Gomera, el seis de marzo de 1745. El documento de cesión establecía lo siguiente:
"Que por que tiene gran devoción a la milagrosísima imagen de Nuestra Señora de la Encarnación le hacía y hace donación para siempre jamás de siete paños que a su imitación se pintaron para rellenar dicha capilla y es a condición inviolable de que ningún Beneficiado que es o fuere los pueda quitar para poner en otra parte de dicha iglesia ni prestarlos a persona alguna aunque sean los señores o administradores de dicha casa, ni adornar otro cualquier templo, y si se faltare a esta voluntad pasen luego dichos tapices al convento de San Francisco de dicha Villa"
Muestran escenas de temas mitológicos con fondos de arquitecturas clásicas y paisajes, muy dentro de los practicados en la tapicería francesa del rey Luis XIV. Presentan características comunes como el tejido de lana apretado y resistente, el color oscuro combinado con tonos pasteles (rosa , verde pálido, amarillo limón), la amplitud del paisaje frente a la representación de los personajes a escala reducida, vestidos a la manera clásica por la iconografía de tema grecolatino, el dibujo es poco preciso. Caben destacar las cenefas anchas y decoradas con temas exóticos (pájaros de vivos colores) y mitológicos (esfinges), junto a jarrones y guirnaldas de flores, de la similitud de las cenefas se piensa que formasen parte de una serie.
TAPIZ DE LAS FRUTAS: 5m x 2,90m. Faltaban 39 cm de cenefa
TAPIZ DE LA LANZA : 3,38 X 2,90 CM, Faltaban 39 cm de cenefa
TAPIZ DEL ESCULTOR: 6,10M X 3,27cm
TAPIZ DE LA DIOSA: 5,80 m x2,95 m. Este tapiz es solamente un trozo de lo que debió ser en sus orígenes.
TAPIZ DE LA MÚSICA: 5,80 m x 3m. Es un trozo de un primitivo tapiz de dimensiones mayores.
TAPIZ DEL ENCUENTRO: 5,80cm x 3cm. De el no se conserva más que una tira de tejido sin cenefa por ninguno de los lados.
En un momento de la historia algunos de los tapices fueron hechos trozos, según la tradición oral, se cortaron para usar paños de limpiar el polvo.
Al párroco de la villa entre 1918 y 1920, D. José Pons Comallonga, le ofrecieron la venta de estas valiosas piezas. Un anticuario de Madrid, Antigüedades Isaac López Castellón, el cual tuvo conocimiento de la existencia en Adeje de unos valiosos tapices, se dirige al párroco mediante carta el 10 de abril de 1918:
"... tiene 4 tapices enteros y tres cortados le pongo esta para que haga el favor de contestarme a correo seguido diciendo que representan dichos tapices si tienen figuras y el tamaño sobre poco más o menos. También espero me diga el último precio que V quiere por ellos..."
Al año siguiente , el 5 de junio de 1919, el párroco recibía otra misiva del anticuario:
"...Le suplico me conteste correo seguido diciendo que ha resuelto V de los Tapices hace meses me dijo tenía... si es que V no quiere vender los 7 y quiere venderme un par de ellos los que menos se usan, me acerco a saludarle y de paso a verlo, pagarlo y recogerlo pues en esta ocasión le pagaría más por hacerme falta. Por lo cual le ruego me diga cuantos quiere vender y el último precio para si me tiene cuenta una vez que los vea comprárselos y hacerle a V. un regalito por tantísimas molestias..." .
A pesar del interés mostrado por el anticuario , el párroco no permitió que los tapices salieran de la iglesia y esa venta nunca se produjo, afortunadamente.
Y permanecieron allí hasta que, la Comisión municipal de gobierno del Ayuntamiento de Adeje, en su sesión celebrada el día 19 de junio de 1998, acordó aceptar el depósito de los tapices gobelinos, propiedad del Obispado de Tenerife , ya que la Corporación adejera tenía proyectado poner en funcionamiento un museo en el convento de la villa, restaurado y rehabilitado a tal efecto, para que se expusieran de manera permanente en el museo sacro. Se cumplía así otra de las condiciones que la Marquesa de Adeje había dejado escrita: "...que si salían de la iglesia pasaran al convento de San Francisco de la villa."
Desde ese entonces, los tapices están expuestos al público en el exconvento franciscano de Nuestra Señora de Guadalupe y San Pablo. Fueron examinados por especialistas para diagnosticar el estado de conservación. Las monjas de clausura de La Laguna, conocedoras de estos tejidos, cosieron una tela del mismo tipo a una de las cenefas que estaba deteriorada, para evitar el deshilado del tapiz.
El nombre de Gobelinos es el nombre de unos tintoreros flamencos que se establecieron en París en el siglo XV y que luego dio nombre a la fábrica de tapices fundada por Luis XIV de Francia en el siglo XVII. Estas piezas son manuales, están hechos en un tapiz de alto lizo. La técnica de trabajo es sobre una urdimbre de algodón con finos hilos de estambres ( hilo de lana) para la trama, el ligamento es un tafetán. Se realizan siguiendo dibujos (cartones) del mismo tamaño que el tejido y en muchos casos esos cartones eran autenticas obras pictóricas, recordemos las series de Cartones para tapices de Francisco de Goya para la Real Fabrica de Tapices.
No existen otros en el archipiélago canario, por lo que esta colección donada por Doña Magdalena Luisa de LLerena y Viña, marquesa de Adeje y condesa de La Gomera, son fundamentales y constituyen un patrimonio histórico y artístico adejero, que debemos preservar para las generaciones futuras.
