Existe un artículo titulado Romancero de los Pueblos del Sur, publicado en el periódico "La prensa" el 24 de enero de 1932, firmado por el escritor Agustín Espinosa quien, como adelanto de su obra literaria, publicaría sobre nuestra poesía popular.
Este escritor, integrado dentro del Grupo Surrealista de Tenerife, nació en el Puerto de la Cruz en 1897 pero pasó gran parte de su vida en Los Realejos, donde murió en 1939. Se le considera el primer investigador del romancero canario.
En el texto del artículo se recogen tres romances del sur de la isla que recopiló durante el verano de 1926, en un peregrinaje folclórico por Tenerife.
Del romance de Adeje dice que hay dos variantes peninsulares: una leonesa y otra gallega, pero el nuestro, de seis sílabas, prueba su derivación de una variante portuguesa. La primacía no solo de antigüedad sino de extensión geográfica y número de establecimientos que ha tenido en Canarias sobre las otras órdenes , la franciscana , explica bien la formación de un romance cuyo protagonista es un monje de esta orden.
Entre estos monjes los hay sabios historiadores y geógrafos, como aquel Fray Juan de Mireles, que narró milagros de Vírgenes isleñas, o el topógrafo Fray José de Sosa. También inteligentes teólogos como el tratadista de lo sobrenatural Fray Diego de Enriquez, poetas culteranos como Fray Andrés de Abreu, biógrafo de San Francisco, laboriosos y perspicaces como Fray Diego Gorgillo.
Entre estos monjes los hay atléticos mozos de 20 años. Temblorosos y malicientes ancianos. Y los hay también adolescentes barbilampiños, jóvenes legos imberbes, como este Lucas romancesco que cura de amor a la lugareña del siguiente romance:
"¿Qué por aquí busca la niña?
¿Qué por aquí busca la dama?
-Me voy por aquí pa arriba,
a San Francisco que llaman.
Hala por un cordoncito,
le responde una campana:
-¿ Qué busca por aquí la niña?
¿Qué busca por aquí la dama?
-Aquí busco seor fray Lucas,
a que me cure esta llaga.
Le sale el frailito lego
sin mantita e pelo e barba:
-¿Qué por aquí busca la niña?
-¿Qué por aquí busca la dama?
- Señor Fray Lucas aquí vengo
a que me cure esta llaga.
Allí le curó a la niña;
del acto quedó preñada.
Sería interesante la averiguación de la existencia de algún Lucas entre los religiosos que inauguraron en 1679 el convento franciscano de Adeje, área geográfica del romance que se extiende hasta Icod del Alto, en Los Realejos.
El lego era un religioso que no ha recibido las órdenes sagradas y se dedica a las faenas domésticas. No son sacerdotes, son laicos que realizan los oficios ordinarios y manuales en las faenas domésticas o sirviendo a los enfermos.
El romance es del género de los picarescos, muy extendidos donde curas y frailes son protagonistas de aventuras amorosas, siempre desde una visión anticlerical y burlesca. Estilo paralelístico de los versos, por la repetición de los mismos.
No sabemos la autenticidad de la historia que cuenta el romance, pero tal vez existió un lego llamado Lucas en el convento franciscano de Adeje.
El Grupo Municipal de Folclore de Adeje realizó una escenificación del mismo, que nos sirve para el rescate de nuestra tradición.