El bucio es un instrumento popular canario de viento formado por una caracola marina, la Charonia lampas. Se corta el extremo opuesto a su abertura, por el que se soplará. Uno de sus usos más habituales era el de hacer señales festivas o útiles, transmitir un mensaje entre las gentes indígenas, advertir de un ataque pirata, de la recogida de la cosecha, un funeral o como despertador. Posteriormente se convirtió en indispensable para la población isleña: avisos de fuego, hora de empezar la jornada o puro cotilleo. Las posibilidades de sonidos son infinitas, y conforman un código que es necesario conocer para interpretar su sonido (suave, con pitidos cortos y fuertes, largo y continuo…) si se quiere conocer el mensaje. Su uso es ahora parte del folclore tradicional.[1]