Los espacios de convivencia son áreas físicas diseñadas y destinadas a promover la interacción, el encuentro, la formación y la coexistencia pacífica entre personas en una comunidad o sociedad. Estos espacios están concebidos para que los individuos puedan relacionarse, compartir experiencias, establecer vínculos sociales y participar en actividades que fortalezcan la cohesión y el sentido de comunidad.
En resumen, los espacios de convivencia son esenciales para el tejido social de una comunidad, ya que fomentan la interacción, la diversidad y el bienestar, y promueven un sentido de pertenencia y colaboración entre sus miembros. Estos espacios desempeñan un papel importante en la creación de sociedades más cohesionadas y saludables.