Las cosas con cariño y dedicación llevan su tiempo. El elogio de la Navidad tiene esas cosas que reconfortan, como la de elaborar un árbol que hoy puja a la sombra del campanario de la iglesia de San José de Los Olivos.
En diversos barrios del municipio, vecinas y vecinos se reúnen para coser, amarrar, pegar, engarzar alambres, flores, muñecos a los árboles, campanas, estrellas y otros tantos objetos que acompañan las decoraciones navideñas de sus plazas.
Después de entrevistar a la doctora Genoveva Beltrán, uno se queda con cierta sensación de desánimo. Acabamos de estar con una de las voces más autorizadas para comprender el fenómeno migratorio humano más importante del planeta: La frontera mexicoamericana.
Nos nace de nosotros para con los otros. La solidaridad es de esas pocas o muchas cosas que da sentido a la comunidad y por ende a la convivencia. Gracias a la solidaridad, la Asociación Iraitza ha alcanzado los objetivos para que Joel pueda iniciar la senda de la esperanza.
El pequeño Joel tiene siete años y una sonrisa que nunca se borra de su cara. Joel no entiende que le pasa pero padece un cúmulo de diagnósticos que cada uno por separado ya hace que su vida se haga difícil. Joel es uno de tantos cientos de miles de personas dependientes para toda su vida.