Desde el mirador de las narices del Teide, la tarde del pasado sábado a través de un sendero de baja dificultad que serpentea un mar de lava, comenzaba una ruta nocturna por la Cañada de Chavao para ver constelaciones y estrellas en un lugar incomparable por la pureza de sus cielos. Contemplar la bóveda celeste y maravillarse de una espectacular banda neblinosa que cruza los cielos, la Vía Láctea o cualquiera de las más de ochenta constelaciones que pueden observarse desde las Cañadas del Teide, supuso el transcurrir del grupo de senderistas del programa “Ponte las Botas”.