El pasado domingo diferentes jóvenes asistieron a un taller de brush lettering, una técnica que les permitió aproximarse a la caligrafía de una manera cómoda y satisfactoria, obteniendo resultados aparentes desde el primer momento.
No obstante, la idea del curso no fue hacer algo que “pareciese bonito”, sino hacer hincapié en la técnica y en la escritura formal de la letra. Una vez asimilada esta base formal, se procedió a hacer variaciones más personales y experimentales de la misma, de cara a trabajar el proyecto final.
El curso fue acompañado por diferentes referencias, recursos y materiales que ayudaron a tener soltura, mediante un sistema de aprendizaje sencillo.
Además, disfrutaron de un rico desayuno en el descanso.