Por haber sido las mujeres empaquetadoras una importante mano de obra desde muy temprana edad jugando un destacado papel en el desarrollo social y económico de nuestro municipio. Por ser sustento de muchas familias en época de carestía, combinando trabajo doméstico, labor asistencial y de servicio a los otros con la actividad del campo y el empaquetado, cumpliendo cada día con una triple jornada laboral (en una época carente de servicios e infraestructura para la conciliación).
Porque su trabajo ha estado invisibilizado y considerado secundario, de “ayuda familiar” a pesar de las largas y duras jornadas llevadas sobre sus espaldas. Por su espíritu de lucha y sacrificio aún careciendo de los mismos derechos salariales que los varones.Mujeres que habiendo trabajado toda su vida han quedado excluídas de los derechos de una jubilación digna (debido a la práctica inexistencia de contratos por escrito y la no cotización de las trabajadoras).
Porque el trabajo de las empaquetadoras permitió el acceso a la mujer al espacio público, hasta ahora limitado al ámbito del hogar, marcando el inicio de un proceso de cambio hacia la integración igualitaria de la mujer en el mundo laboral y la conquista de su autonomía salarial.