Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer un correcto funcionamiento y una navegabilidad óptima.
Para más información, consulta nuestra política de cookies.
ACEPTAR TODAS LAS COOKIES
CONFIGURAR LAS COOKIES A UTILIZAR
Salud, calidad de vida y bienestar animal  >  Igualdad y diversidad  >  Déjate de cuentos  >  Blog  > (IN) Visibles: Violencia de género y salud mental

(IN) Visibles: Violencia de género y salud mental

10 ENERO 2024

En el ‘Informe sobre el Estado de los Derechos Humanos en Salud Mental 2018’, la Confederación Salud Mental España concluye que la violencia de género constituye uno de los principales factores de riesgo para tener problemas de salud mental, tanto en las mujeres que los sufren, como en sus hijos e hijas que se convierten en testigos involuntarios. También la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el maltrato es un factor precipitante de problemas de salud mental.

Ser víctima de Violencia de Género afecta a nuestra autoestima y al deterioro de nuestro autoconcepto. Y esta vivencia puede marcar el resto de nuestra vida. Y así lo constata los datos de los que contamos, como en la macroencuesta

  • El 53% de las mujeres que han sufrido violencia sexual fuera de la pareja dicen que ésta ha tenido para ellas consecuencias psicológicas, porcentaje que asciende al 78,9% entre las víctimas de una violación.
     
  • Las mujeres que han sufrido una violación tienen casi 6 veces más riesgo de tener pensamientos de suicidio que las mujeres que nunca han sufrido violencia sexual.
     
  • El 70,0% de las mujeres que han sufrido Violencia de género de alguna pareja afirman que los episodios de violencia les han producido alguna consecuencia psicológica. De las que El 37,5% mencionan haber sufrido ansiedad y el 33,9% depresión. Entre las que han sufrido violencia física o sexual, el 47,3% han sufrido ansiedad y el 45,4% depresión.

Por lo tanto, podemos afirmar con total rotundidad que la violencia de género empeora la salud mental de las mujeres o bien que puede ser el desencadenante de un problema de salud mental.

Pero la vinculación con la violencia no acaba aquí porque, además, ser mujer con un diagnóstico de salud mental aumenta la probabilidad de estar en situación violencia en comparación con el riesgo que existe para el resto de mujeres en general.

Es evidente que la violencia de género es un factor de riesgo para desarrollar problemas de salud mental, como hemos visto. Pero también debería ser igual de evidente que ser mujer con problemas de salud mental es un factor de riesgo para estar en situación/es de violencia de género.

Las intersecciones mujer, discapacidad y estigma social por problemas de salud mental son categorías que interaccionan de manera simultánea en ellas como categorías multiplicadoras de discriminaciones (no dobles o triples sino múltiples). Especialmente, si nos referimos a las violencias. Y esto deriva en incalculables situaciones de discriminación, descrédito e invisibilización a las mujeres con problemas de salud mental.

El diagnóstico vinculado a mitos y estigmas provoca rechazo social y pone en tela de juicio permanentemente sus capacidades y su credibilidad, situándolas, en muchas ocasiones, en situación de auténtica invisibilidad de su realidad y su exclusión social, permitiendo y justificando muchas veces las violaciones de sus derechos, sin ofrecerles protección.

Loca es una palabra que en las mujeres poco tiene que ver con un diagnóstico y un malestar, y sí mucho con una percepción y valoración social hacia su persona.

Por lo tanto, las mujeres con problemas de salud mental son, sin ninguna duda, una población en riesgo de estar o haber estado en situaciones de violencia de género. Tanto porque esta situación haya sido la causa de sus problemas de salud mental, como porque tener un problema de salud mental aumenta el riesgo a estar en esta situación, debido en gran medida a factores sociales vinculados con discriminaciones por el estigma y el hecho de ser mujer que llegan a “ocultar” esa realidad e incluso la justifica y perpetua.

El reflejo de su realidad lo ofrecen los datos como los que veremos a continuación:

FEDEAFES en su Investigación sobre la Violencia hacia mujeres con enfermedad (2017):

  • El riesgo que tiene una mujer con problemas de salud mental de sufrir violencia en la pareja se multiplica entre 2 y 4 veces respecto a las mujeres en general.
     
  • El 80% de las mujeres con problemas de salud mental que vive en pareja ha sufrido algún tipo de violencia.
     
  • 3 de cada 4 mujeres con TMG han sufrido violencia en el ámbito familiar o/y en la pareja alguna vez en su vida

Desde nuestra experiencia en el Programa de Igualdad de Salud mental ATELSAM, específicamente en el servicio de intervención especializada en violencia de género a mujeres con diagnóstico en salud mental, hemos realizado un informe del trabajo/realidad que observamos. Donde se visibiliza, por ejemplo:

  • Datos que reflejan situaciones de múltiples violencias sufridas de manera simultánea en un porcentaje muy alto.
     
  • Se visibilizan datos referentes a agresores (antecedentes) que no son la causa principal (primer motivo) por los que la mujer acude al servicio, sino que son detectados y/o expresados en las sesiones de intervención. Y en los datos recogidos de las 44 mujeres de la muestra se visibilizan/expresan 46 agresores más además del agresor que fue la causa de ir al servicio.
     
  • El 95,45% de los casos detectados en antecedentes no fueron denunciados. Lo que implica que una gran mayoría de las situaciones de violencia y sus agresores han quedado silenciados.
     
  • El 41% de las mujeres que acuden al servicio han sido víctima de violencia sexual en la infancia/adolescencia. Para poder ser conscientes de este dato podemos ver que en la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019 nos ofrecía que un 3,4% del total de mujeres sin discapacidad habían sufrido violencia sexual en la infancia.

Datos especialmente sangrantes, no solo por su magnitud sino por nuestra inacción al respecto.

Y nos muestran que estamos fallando como sociedad.

Porque muchas de sus barreras no tienen que ver con ellas... sino no con nosotras/os, como sociedad. Y cómo sociedad no estamos a la altura de sus necesidades, sus demandas, su lucha y esfuerzos.

La realidad es que nos encontramos ante un contexto ampliamente ignorado por la sociedad en su conjunto. Una realidad que queda oculta, pasa inadvertida o no se le presta la atención que requiere, lo que provoca que aumente así su exposición a la violencia. Y que las lleva a vivir el infierno de la violencia machista en el olvido más absoluto.

Autora: Pilar Álamo, Responsable del Programa de Igualdad de Salud Mental ATELSAM


C/ Grande, 1   38670, Adeje
Horario: 8:00 - 15:00 h