“La palabra familia debería tener una connotación neutra, como el trabajo. Porque las hay buenas y malas”. Mesa afirma esto en torno a su última novela. La historia de una familia formada por los progenitores hombre y mujer, dos niñas y dos niños. Una familia de clase trabajadora en apariencia normal, en cuyo interior anida un autoritarismo de buenas palabras, impuesto por un padre de rígida moral laica. Un mundo estricto y asfixiante regido por una lógica que se pretende razonable y bienpensante.
Comienza con introducirnos -presentarnos- el hogar como escenario. A continuación irán apareciendo, en episodios no lineales, los personajes del drama. El Padre, ejerce su machacona dominación amparado en las buenas intenciones, sin recurrir a la violencia –es un abogado de "ideales humanistas" y "hondo sentido de la justicia", obsesivo admirador de Gandhi– pero usando de otras armas, especialmente de la invocación a los altos principios, para imponer un discurso moralista que no deja resquicio a la contestación ni permite reductos de privacidad. La Madre es una mujer devastada por el fracaso, pero tan dominada como dominadora, de acuerdo con el habitual patrón por el que las personas sometidas reproducen los malos hábitos que han padecido –no de otro modo se perpetúan– con quienes tienen a su cargo. Dos hijos de caracteres muy distintos, el sumiso y el resolutivo, una hija rebelde y una sobrina adoptada –la "intrusa"– que se incorpora al Proyecto ya crecida, conforman el elenco, completado por un tío que ejerce como luminosa contrafigura del progenitor y algunos secundarios de vidas extraviadas, entre ellos la antigua compañera de Facultad de la hija, la vecina demasiado moderna o el raro hombre del aeropuerto, que abren el arco de los personajes más allá de la familia y revelan valiosa información desde fuera.
Los miedos, la angustia y la permanente sensación de vergüenza se proyectan sobre los niños a los que la narradora retrata, con humor, ternura e ironía. El probado talento de Mesa para caracterizar a sus personajes alcanza en La familia cotas muy altas y de modo especial a la hora de adentrarse en la psicología de los pequeños, que tienen prohibidos los juguetes no educativos, se ven forzados a convivir en la salita familiar –ni siquiera se les permiten las confidencias en las habitaciones– y creen merecer los castigos por contravenir las ridículas consignas del Padre, en el fondo un pobre hombre, menos perverso que digno de lástima. Con su implacable determinación, sólo ha conseguido que todos se sientan solos, y la narradora deja ver esta quiebra emocional con su habitual estilo desnudo, sin subrayados innecesarios, atendiendo a los detalles o a mínimas anécdotas que dan cuenta del naufragio.
Resaltar: Sara Mesa es una narradora pura, que quiere ver a los personajes en acción para que conozcamos su psicología. Rehúye lo superfluo, en lo que cuenta y en como lo cuenta. Un estilo directo, sin adornos ni filigranas. El mismo interés por perturbarnos. La misma mirada empática que no juzga a quienes se comportan de un modo cuestionable. La hondura psicológica de los personajes. La pasión por el cuento; habilidad para generar ambientes opresivos.
En La familia cada capítulo está protagonizado por un personaje, por una historia, en diferentes momentos a lo largo de varias décadas, saltando hacia adelante y hacia atrás. La mayor parte de los capítulos podrían funcionar literariamente como piezas independientes que unidas van dando forma a un collage.
La soledad y el miedo como verdaderos protagonistas.
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LA FAMILIA / Sara Mesa (1976-). Anagrama, 2022.
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La Biblioteca Municipal de Adeje participa en el programa de radio feminista "Déjate de Cuentos" que se emite en la emisora Radio Sur Adeje 107.9 fm con una sección de recomendaciones de lecturas en femenino. Es una iniciativa que viene a sumarse a otras parecidas dentro de las acciones de la Red Canaria de Bibliotecas por la Igualdad de la que forma parte el Ayuntamiento de Adeje.
Celia Trujillo García
Licenciada Ciencias Educación, especialidad en política y administración por la Universidad de La Laguna.